miércoles, 23 de abril de 2008

¡DÍA DEL IDIOMA!

La suerte de encontrarse un libro

Cada uno regala o recomienda libros de acuerdo con su gusto.
Por eso, hallar uno puede alegrar a unos y resultar indiferente a otros.
Cada persona tiene una relación particular con los libros.

PorJohn Saldarriaga,Medellín
Por más que piensas, difícilmente encuentras algo más placentero que ir por la calle, desprevenido, cantando tu canción, cuando de pronto, hallas algún objeto abandonado.
Te sientes un ser elegido.Y más si eres un lector y de repente... ¡te hallas un libro!Ayer salimos a provocar esa clase de placeres.
Fue día de suerte para Luis Fernando Calle, un adulto mayor, como dicen ya, que suele sentarse a descansar en el Parque de Envigado. Conversa con amigos, hace tiempo, descansa.
Ha sido un lector formidable durante toda su vida. Y cuando vio el libro en el muro de la fuente, no lo creyó. Se devolvió a comprobar lo que le dictaban sus ojos. Noticia de un secuestro, de García Márquez".
Miró a todos lados. Le parecía increíble: en medio de la multitud de esa hora de la tarde, ¡y que nadie se hubiera percatado del volumen!"Nuestro Nobel", pensó. Y sin embargo, se demoró en decidirse a tomarlo. "Es imposible determinar de quién es", se dijo y se fue con su libro bajo el brazo. "Uno de los libros de Gabo que no he leído".
Igual habría de sucederle a Iván de Jesús Acosta Mejía. Él pertenece a un grupo de lectores envigadeños. De modo que cuando vio el libro "abandonado" en una banca vacía, se fue sigiloso a cubrirlo con su cuerpo.
Luego, al darse cuenta de que no había dueño, lo sacó a la superficie para ver el título. No era de los que suelen leer en el club. No señor. Allí prefieren los clásicos. Pero, hombre, El General en su laberinto es un buen libro para espantar el tedio de estas tardes pegotudas por estos soles de invierno.
Más de quince minutos tardaron en llevarse El coronel no tiene quien le escriba. No, no porque a la gente no le guste esta bella y corta novela de García Márquez. Es más, para algunos es la mejor del escritor costeño. Simplemente no la veía quien quería llevarla. Al fin y al cabo, los libros no le gustan a todo el mundo.
El libro quedó "abandonado" en un murito a la salida de un supermercado. Cien personas por minuto pasaron por su lado. Los estudiantes, entretenidos en charlas no miraban el mundo circundante; otros iban tal vez ciegos del hambre.Un policía se acercó al objeto, pero no se atrevió a tocarlo.Pensaría que tendría materiales explosivos y se marchó.Una mujer descargó sus compras al pie de la historia del viejo que murió esperando la carta en la cual le anunciaran, al fin, que comenzaría a recibir una pensión del Gobierno... tuvo que haber visto el libro, pero no lo llevó.
De lejos lo alcanzó a ver el electricista Gustavo Velásquez.A la velocidad de la luz se encaminó hacia él. Otro libro para su colección de narrativa y poesía. "Se lo prestaré a Eladio, mi hermano".
¿Cuál libro de su biblioteca le regalaría a una persona cercana?
Ángela Londoño, “Le regalaría Rosario Tijeras. Esa es de un autor colombiano, ¿cierto?La daría porque me gustó demasiado, demasiado. La he leído dos veces. Leo mucho. En especial libros de literatura romántica”.

Iván de Jesús Acosta Mejía, “Si yo fuera a regalarle un libro a alguien, le daría La Biblia.La leo mucho, en especial la parte de los Evangelios. Creo que es una lectura muy instructiva, aparte de entretenida.Leo todos los días algún libro”.

Victoria Hurtado, “Regalaría Por amor. Es de la colección Zona Libre, de Norma. Es de una chica que forma una banda de música y tiene relación con las drogas. Me gustan todos los títulos de esa colección: Las chicas del hambre, Él entre nosotras”. Todos.

Luis Fernando Calle, “He sido muy buen lector toda la vida. Me gusta mucho Gabriel García Márquez, nuestro Nobel.De regalar un libro yo daría La casa de vapor, de Julio Verne. Me encanta la literatura de aventuras, en especial las obras de Verne”.